¿Por qué se llaman azulejos?

El azulejo es una de las aportaciones más importantes de Portugal a la cultura universal, y es algo que podemos comprobar al pasear por sus calles.

Fueron los egipcios quienes introdujeron la decoración cerámica en la Península Ibérica durante el siglo XIII. Y como podemos intuir, debido a la gran aportación del árabe a nuestra tierra, la palabra azulejo proviene del árabe: “al-zulaich”.

La palabra azulejo se refiere a una placa cerámica cuadrada con una de sus superficies decoradas y vidriadas, que, más tarde, se cortaría en pequeños trozos formando un puzle.

Su uso es muy común en España, Italia, Holanda, Turquía… aunque fue Portugal la que le da especial importancia en la creación artística.

En nuestra cultura, el azulejo se fue ganando la devoción de todos poco a poco por su durabilidad y belleza, convirtiéndose en elemento distintivo de cultura.

Ahora bien, ¿quieres saber algo más de su historia?

Historia del azulejo

Las primeras aplicaciones conocidas en Portugal como revestimiento monumental de paredes se hicieron con azulejos hispano-moriscos importados desde Sevilla en el año 1503.

El desarrollo de la cerámica en Italia y la posibilidad de recurrir a la técnica de mayólica, pintando directamente sobre el azulejo, permitió diversificar composiciones con distintas figuraciones. Ahí empezaron a jugar a representar diferentes escenarios, eligiendo entre históricos o decorativos.

Por este momento, en Portugal ya existía mucha demanda por azulejos de Flanders así que, más tarde, fue la obsesión de los ceramistas flamencos en Lisboa.

De esta forma, se dio el clima perfecto para el inicio de una producción puramente portuguesa a partir de la segunda mitad del siglo XVI.

¿Quieres seguir conociendo curiosidades sobre el mundo de los azulejos?

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