La cerámica y el arte funerario

Todas las culturas honran a sus muertos, de una forma o de otra, y algunas, hacen uso de ritos y tradiciones combinándolas con la ornamentación. Concretamente en la nuestra, la cultura latina y cristiana, hemos ido evolucionando desde un punto de vista más estricto a uno más ornamental, en la que los monumentos funerarios son más estéticos.

La cerámica en el mundo funerario

De igual manera, la tradición azulejística también se ha ido adaptando a este cambio gracias a la creciente demanda de los usuarios de decorar con azulejos los monumentos y sepulturas en los camposantos.

Desde las tradicionales tumbas hasta los nichos funerarios, el azulejo está presente para recordar a las personas que queremos y que ya no están con nosotros. Los motivos que se usan en estos azulejos son, fundamentalmente, religiosos, aunque también hay muchas personas que deciden colocar el nombre de esa persona o su fotografía.

También se suelen usar los azulejos para decorar paredes de los cementerios, creando murales que den un poco de color, pero sin que resulte demasiado llamativo. En el equilibrio está la justa virtud.

Los azulejos, al igual que la memoria perdura

Tenemos noticias del uso de la cerámica y la porcelana en los ritos funerarios desde que el mundo es mundo. En el arte antiguo, como Egipto y otras culturas milenarias, está muy acreditado el uso de estos materiales en vasijas funerarias y otros ornamentos. El barro, también es un material que nuestros ancestros utilizaban para sus ánforas y vasijas para guardar líquidos aromáticos y perfumes.

Hoy en día sabemos bien que es importante preservar la memoria de todos aquellos que nos preceden, y por esa razón es importante recordarlos como se merecen. Los azulejos están fabricados de materiales muy resistentes, adecuados para soportar las condiciones climáticas en perfectas condiciones. Por eso son perfectos para colocarlos en nichos o tumbas.

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